
La controversia discurre sobre la procedencia de la utilización del costo o gasto emanado de las facturas de venta de la empresa, para rebajarlo de los ingresos brutos y rebajar así su RLI. En este sentido, se acreditó en autos que las facturas cuestionadas por el SII, de 4 proveedores, son ideológicamente falsas, toda vez que no se acreditó por parte de la reclamante el pago de estas.